miércoles, 25 de junio de 2008

Curioso, divertido o alucinante

Pocos días después de la asignación de tarea por parte del Dragón Negro, donde debo escribir sobre algo Curioso, Divertido o Alucinante que haya encontrado en Internet, leo esta noticia en la BBC:

Ya está por comenzar la construcción de la "Torre Dinámica" en Dubai, asombroso y costoso edificio de apartamentos, centro comercial y oficinas cuya forma se retorcerá tal como se ve en el video:



Proyecto creado por el grupo Dynamic Architecture, el alucinante edificio parece un producto de la mente ciencia ficcionera de William Gibson o de Neal Stephenson con pisos que rotarán individualmente, girando 360° en tres horas, turbinas generadoras de electricidad propias que le darán autonomía, más de cuatrocientos metros de altura y un método de construcción prefabricado y automatizado que abaratará enormemente los costos.

Al parecer estará completado para el 2010, cosa que no dudo visto como avanza la construcción de Burj Dubai, rascacielos que con 650 metros ya supera en más de 100 al edificio más alto construido, la Torre Taipei con 508, e incluso a la estructura más alta construida, la Torre de Radio Varsovia de 646 metros, y aún le faltan uno cuantos pisos para llegar a los 800 metros finales que tendrá.

Para el que esté interesado, en la página de Dynamic Architecture puede anotarse para una reservación de su apartamento en la bella Dubai; son US$ 32.000 el metro cuadrado que no enriquecen ni empobrecen a nadie y una bella vista a las azules aguas del Golfo Pérsico y a la serena calma del desierto arábigo.

Na'pendejada como gastan sus petrodólares los paises arabes.

Para continuar con el meme (por supuesto queda a su total discreción si quieren o no seguirlo) se lo paso a G'Fax y a ver si actualiza el blog, a Clau, que estoy seguro que si se anima conseguirá algo divertido que narrará con la cultura y fineza que caracterizan todos sus posts, y a Jorge, que contra lo que diga Fili, yo si creo que tiene buen sentido del humor.

lunes, 23 de junio de 2008

Planetes



Dirección: Gorō Taniguchi
Guión: Ichirō Ōkouchi (basado en el manga de Makoto Yukimura)

Siguiendo el consejo aparecido en La cueva del Lobo y aprovechando que son solamente veintitantos capítulos, me hice con este anime japones.

Basada en un manga del mismo nombre, describe la historia de una serie de personajes que trabajan en el Departamento de Desperdicios Espaciales de la empresa Technora en la segunda mitad del siglo XXI. Trabajo mal pagado y mal considerados por el resto del mundo espacial, son los encargados de retirar escombros, desechos y basura que afectan la seguridad del vuelo.

Me llamó la atención el comentario del Lobo cuando la describe como una serie de ciencia ficción bastante hard lo que me hizo ignorar mi reticencia ante los personajes sobreactuados, las personalidades estereotipadas, los gritos y muecas en cualquier esquina y la comicidad absurda característicos del anime y que en general me hacen alejarme del mismo y debo decir que me he encontrado con una serie de ciencia ficción bastante correcta, científicamente sólida, con historias paralelas y personajes que se desarrollan y profundizan, relaciones personales complicadas, intrigas políticas y un mensaje social que ya quisieran muchas series de televisión del género.

Si se logra ignorar esas características del anime que le quitan seriedad y si se logran pasar los diez primeros flojos capítulos, se ve uno enganchado en una historia futura de luchas corporativas, astronautas afectados por enfermedades producto de las condiciones y peligros del espacio pero de todas maneras obsesionados con el mismo, grupos terroristas intentando luchar contra el poder y control de esos nuevos territorios por parte de unos cuantos países poderosos y la eterna disyuntiva de si en verdad es necesaria la inversión allá arriba cuando millones mueren de hambre aquí mismo en la Tierra. Un excelente pronóstico de lo que se puede convertir la exploración espacial cuando caiga en manos de las corporaciones (lo que seguro va a pasar).

La animación bastante bien, sobre todo las escenas de las actividades extravehículares, algo falla en las representaciones de interiores y áreas públicas.

Tanto serie como manga recibieron el Seiun Award (el premio de la ciencia ficción japonesa) en el 2005 y el 2002 respectivamente.

martes, 17 de junio de 2008

De animales que hablan....

...o de como en este blog se creo la nueva categoría de Animaladas, siendo nuestro primer postulado el genial Ministro del Interior, Ramón Rodríguez Chacín, quien declaró ayer que el 70% de los homicidios que ocurren en Caracas son por enfrentamientos entre bandas, por lo que interpreta que estos delitos no afectan la seguridad ciudadana.

Claro, "es lamentable que niños y jóvenes mueran por estar en medio de un tiroteo" pero supongo que como estos no son ciudadanos no cuentan.

Como supongo que este caso tampoco contó.

Por hablar sin pensar, por disfrazar los resultados con tecnicismos y por olvidar que esos que está obligado a defender y proteger son seres humanos, un 9/10 en mi exclusiva y totalmente propietaria escala de Animaladas a nuestro querido Ministro del Interior, quien lucha codo a codo con el anterior ministro y sus corbatas Louis Vuitton.

lunes, 16 de junio de 2008

El azogue


The Tain
China Miéville, 2002
Editorial Interzona, 2006
Traductor: Marcelo Cohen

-Desde el principio -dijo un hombre, intercalando humo en las palabras, tomándose su tiempo-. Lo supe desde el principio. Cuando a uno le ocurre algo así, semejante disparate, cree que se está volviendo loco, se inventa excusas, pero en seguida supe que el que se había estropeado era el mundo, no yo. Resulta que estaba todo embadurnado de espuma de afeitar y me agaché a enjuagarme, y cuando levanto la cara de nuevo mi reflejo me estaba esperando. Se había pasado la navaja de costado, sangraba por entre la espuma, me miraba. Yo ni me fijé si tenía sangre en la mejilla. Me di cuenta de que eso ya no era yo


Atrapados hace miles de años en los espejos y obligados a encarnarse en los seres y objetos que se miran en ellos, obligados a ser su reflejo, los imagos se han rebelado, escapado a nuestro mundo a través del portal creado por el azogue y atacado a sus esclavizadores los seres humanos. En un Londres post-apocalíptico, Sholl cree haber descubierto la forma de poner fin a la guerra entre humanos e imagos y decide enfrentarse a estos y a su líder mientras, de forma paralela, otro ser comparte con nosotros en primera persona su experiencia desde el otro bando.

Inspirada en Animales de los espejos de El libro de los seres imaginarios de Jorge Luis Borges, este cuento largo, novela cortísima, de Miéville nos pasea por ese terror fantástico tan borgiano de lo cotidiano convertido en extraño.

En breves páginas; el temor y el odio a lo extraño, el castigo por la responsabilidad en abusos cometidos pero ignorados y la esperanza como lo último que se pierde.

Lo bueno, si es breve, dos veces bueno.

martes, 10 de junio de 2008

Ya no estamos en guerra con Eurasia

En el sexto día de la Semana del Odio, después de los desfiles, discursos, gritos, cánticos, banderas, películas, figuras de cera, estruendo de trompetas y tambores, arrastrar de pies cansados, rechinar de tanques, zumbido de las escuadrillas aéreas, salvas de cañonazos..., después de seis días de todo esto, cuando el gran orgasmo político llegaba a su punto culminante y el odio general contra Eurasia era ya un delirio tan exacerbado que si la multitud hubiera podido apoderarse de los dos mil prisioneros de guerra eurasiáticos que habían sido ahorcados públicamente el último día de los festejos, los habría despedazado..., en ese momento precisamente se había anunciado que Oceanía no estaba en guerra con Eurasia. Oceanía luchaba ahora contra Asia Oriental. Eurasia era aliada.

Desde luego, no se reconoció que se hubiera producido ningún engaño. Sencillamente, se hizo saber del modo más repentino y en todas partes al mismo tiempo que el enemigo no era Eurasia, sino Asia Oriental. Winston tomaba parte en una manifestación que se celebraba en una de las plazas centrales de Londres en el momento del cambiazo. Era de noche y todo estaba cegadoramente iluminado con focos. En la plaza había varios millares de personas, incluyendo mil niños de las escuelas con el uniforme de los Espías. En una plataforma forrada de trapos rojos, un orador del Partido Interior, un hombre delgaducho y bajito con unos brazos desproporcionadamente largos y un cráneo grande y calvo con unos cuantos mechones sueltos atravesados sobre él, arengaba a la multitud. La pequeña figura, retorcida de odio, se agarraba al micrófono con una mano mientras que con la otra, enorme, al final de un brazo huesudo, daba zarpazos amenazadores por encima de su cabeza. Su voz, que los altavoces hacían metálica, soltaba una interminable sarta de atrocidades, matanzas en masa, deportaciones, saqueos, violaciones, torturas de prisioneros, bombardeos de poblaciones civiles, agresiones injustas, propaganda mentirosa y tratados incumplidos. Era casi imposible escucharle sin convencerse primero y luego volverse loco. A cada momento, la furia de la multitud hervía inconteniblemente y la voz del orador era ahogada por una salvaje y bestial gritería que brotaba incontrolablemente de millares de gargantas. Los chillidos más salvajes eran los de los niños de las escuelas. El discurso duraba ya unos veinte minutos cuando un mensajero subió apresuradamente a la plataforma y le entregó a aquel hombre un papelito. Él lo desenrolló y lo leyó sin dejar de hablar. Nada se alteró en su voz ni en su gesto, ni siquiera en el contenido de lo que decía. Pero, de pronto, los nombres eran diferentes. Sin necesidad de comunicárselo por palabras, una oleada de comprensión agitó a la multitud. ¡Oceanía estaba en guerra con Asia Oriental! Pero, inmediatamente, se produjo una tremenda conmoción. Las banderas, los carteles que decoraban la plaza estaban todos equivocados. Aquellos no eran los rostros del enemigo. ¡Sabotaje! ¡Los agentes de Goldstein eran los culpables! Hubo una fenomenal algarabía mientras todos se dedicaban a arrancar carteles y a romper banderas, pisoteando luego los trozos de papel y cartón roto. Los Espías realizaron prodigios de actividad subiéndose a los tejados para cortar las bandas de tela pintada que cruzaban la calle. Pero a los dos o tres minutos se había terminado todo. El orador, que no había soltado el micrófono, seguía vociferando y dando zarpazos al aire. Al minuto siguiente, la masa volvía a gritar su odio exactamente come antes. Sólo que el objetivo había cambiado.

Lo que más le impresionó a Winston fue que el orador dio el cambiazo exactamente a la mitad de una frase, no sólo sin detenerse, sino sin cambiar siquiera la construcción de la frase...
1984, George Orwell



Texto clásico escrito en 1948, cualquier semejanza con:

"no son organizaciones terroristas, son verdaderos ejércitos que ocupan espacio en Colombia, hay que darles reconocimiento, son fuerzas insurgentes que tienen un proyecto político, un proyecto bolivariano que aquí es respetado"

convertido, en menos de seis meses, en:

"suelten a toda esa gente, hay ancianos, mujeres, enfermos (...)
Ya está bueno (...) la guerra de guerrillas pasó a la historia"

es pura y triste coincidencia y/o que George Orwell en realidad conocía la naturaleza humana.

Dificil la tienen los que deben realizar maromas mentales para justificar estos extraños saltos de talanquera. Claro, de antiguo se sabe que burro que piensa bota la carga.

viernes, 6 de junio de 2008

Tokio blues (Norwegian Wood)


ノルウェイの森 (Norwegian Wood)
Haruki Murakami, 1987
Editorial Tusquets, 2005
Traductor: Lourdes Porta



En un vuelo a Berlín, escuchar Norwegian Wood de los Beatles le trae a Toru Watanabe recuerdos de cuando apenas era un estudiante universitario novato en Tokio.

En el conflictivo año 1969, un joven que aún no llega a los veinte años se encuentra por casualidad con Naoko, amiga de la adolescencia y novia de su fallecido amigo Kizuki y reanudan una relación de amistad que poco a poco se va profundizando. Watanabe se autodefine como un joven corriente, de una familia común y corriente, admirador de F. Scott Fitzgerald y de Thomas Mann, estudia teatro porque algo hay que estudiar. Hombre de pocas palabras, sincero, con un extraño sentido del humor, acepta las cosas de la vida estoicamente. Pero es un joven solitario, encerrado en si mismo, quien solo ha podido tener un amigo en la vida y este se suicidó.

Mientras intenta que su amor por Naoko llegue a buen fin (por la que se siente además en cierta forma responsable), Watanabe conoce a Midori una extraña y excéntrica chica en la que encuentra la amistad que necesitaba. Watanabe ira creciendo, aprendiendo del amor y de lo extraño que pueden ser las relaciones personales. Unas relaciones con unos personajes bastante peculiares además.

Libro que se lee con agrado y fluidez. Quizá sus personajes sean tópicos, escritos y descritos sin complicaciones, con un protagonista que no luce atormentado ni excesivamente profundo, pero extrañamente esto lo acerca a uno y logra empatía con el lector. Leí opiniones negativas donde se critica lo predecible, la verdad es que no me lo pareció tanto, quizá un libro sin sorpresas pero que engancha en su sencillez y en el manejo claro del lenguaje. Diálogos precisos.

Recomendable.

jueves, 5 de junio de 2008

Por no mencionar al perro


To Say Nothing of the Dog
Connie Willis, 1997
Ediciones B, 1999
Traductor: Rafael Marín Trechera




Desde el momento en que se descubre que, más allá de moléculas de aire, polvo y bacterias, nada puede ser traído del pasado, el viaje por el tiempo pierde todo interés comercial por lo que los académicos de Oxford deben acudir a filántropos como Lady Schrapnell para buscar financiamiento.

El problema es que Lady Schrapnell supedita su generosa colaboración a la fanática reconstrucción de la catedral de Coventry, destruida durante la Segunda Guerra Mundial, y todos los recursos del departamento de viaje por el tiempo se asignan a una reconstrucción exacta del original que incluye averiguar el paradero del tocón del pájaro del obispo, misteriosa pieza desaparecida, al parecer tan horrible como solo el arte victoriano pudo hacerla.

Ned Henry será enviado al pasado, a 1889, supuestamente a descansar del stress por sus excesivos viajes temporales, huyendo de la insoportable mecenas y para devolver un objeto que nunca debió haber viajado por el tiempo. Pero se verá mezclado nuevamente en la búsqueda de ese jarrón inútil y espantoso que se convertirá, gracias a múltiples conexiones entre hechos al parecer inconexos, en la clave de una incongruencia temporal capaz de cambiar la historia y acabar con el mundo tal como lo conocemos.

Una curiosa mezcla de novela de ciencia ficción de viajes por el tiempo con la comedia británica de situaciones al estilo de J. K. Jerome (a quien homenajea en el título); romances, curiosas aventuras, equívocos, convenciones y costumbres victorianas y personajes algo estrafalarios (por no mencionar al perro) junto a las ideas del espacio-tiempo como un continuum que intenta autorrepararse creando cadenas de hechos fortuitos.

Algo complicada y enrevesada en las explicaciones de las paradojas temporales, quizá con un exceso de páginas especialmente en sus inicios, pero perfecto el cierre lógico de las tramas y paradojas y muy divertida las relaciones interpersonales, las descripciones para un lego de la sociedad victoriana y sus horribles desayunos y artes decorativas.

A mi me gustó.

—No me prepararon para nada. Dos horas de subliminales, en tiempo real. [...]
Ella pareció sorprendida.
—¿No le prepararon? La sociedad victoriana cuida mucho los modales. Las reglas de etiqueta se toman muy en serio.—Me miró con curiosidad—.¿Cómo ha conseguido llegar tan lejos?
—Durante los dos últimos días he estado en el río con un catedrático de Oxford que cita a Heródoto, un joven enfermo de amor que cita a Tennyson, un buldog y una gata —dije—. Toqué de oído.